El Oro Negro

Miguel Imbaquingo Chimarro, Tawna Cine desde Territorio.
Airo kwi'ne iye de'oto yëkë kwi'ne si'awa'i wë'ëa'ë, jaje pa'ikëta're jayë'
tarepapi akë du'tesaoko kwi'ne nejakaiko. Ja pa'i do'ire yëkë pa'iyeje tiñe pa'ye
ponëo; tsiaya kwi'ne airo si'si nese'ea'ë  yeja wi'yape na'ñare du'tero'ire.

La selva es nuestra casa y sigue siendo destruida y saqueada.
Ahora, nuestra forma de vivir ha cambiado; el agua y los bosques
han sido contaminados por la explotación petrolera.
Justino Piaguaje, líder Siekopai

Los pueblos y nacionalidades han sido los mejores guardianes de los bosques y del territorio. Allá en nuestras comunidades donde gozamos de libertad, los bosques permanecen intactos y se protege la biodiversidad. Los proyectos petroleros que se imponen en los territorios de pueblos originarios han afectado durante décadas a los mismos.
El 26 de junio de 2022 se cumplieron cincuenta años del primer transporte de un barril de petróleo a través del Oleoducto Transecuatoriano desde Lago Agrio hasta puerto Balao. En aquellos años, motivado/as por el entusiasmo y la esperanza que dicho evento significó, las/os ciudadanas/os se untaban brazos y rostros con el oro negro, componían canciones en honor al petróleo y dejaban botellas llenas del mismo en los pequeños altares de sus casas, juntos a los santos de su devoción. Así se daba inicio a un cambio radical en la economía nacional. Desde entonces seguimos dependiendo tristemente del boom del oro negro.
Chay punllakunapika tukuy runakunami yana kury nishpa makitapash wichay churashpa ashtaka kushiyanakurka, takikunatapash paypa shutipi churanakurka, paypa shutipi mañana nishpa altarkunapipash churashpa kushiyanakurka, paypa shutipi santukunatamanpash kumpitanakurka. Shinami kay mamallaktapi shuk mushuk kullky kawsay kallarirka, chaymantapachami yana kuryman kawsayta watachishpa shamunakushkanchik.
Cuando se conoció la noticia que confirmaba la existencia de yacimientos petroleros en la Amazonía, la población escuchó una serie de comentarios de economistas, políticos, analistas, etc., que hicieron creer que Ecuador estaba a las puertas del desarrollo tecnológico y financiero, producto de los ingresos económicos que generarían las exportaciones de petróleo. Fueron meras ilusiones que terminaron en espejismos.

El petróleo ha sido la fuente más importante de la economía del Ecuador, la exportación de crudo y derivados, que en los últimos diez años ha oscilado entre un 43% y 66% del total de exportaciones del país y entre un 43% y 59% del presupuesto general del Estado.1 Sin embargo, los niveles de productividad y competitividad del país crecieron a un ritmo mucho menor. Si bien el petróleo ayudó a mejorar la infraestructura del país, el resultado es un pobre consuelo en relación con el desarrollo que otros países alcanzaron en estas cinco décadas.

En este medio siglo de explotación petrolera, nuestro país mantiene un historial bastante nefasto en la degradación y contaminación de los ecosistemas naturales de nuestra Amazonía, causando heridas profundas en el corazón de nuestro territorio. En estas décadas ha crecido la profundización de un modelo de desarrollo basado en la extracción de los recursos naturales y el avance de la frontera extractiva dentro de los territorios de nacionalidades originarias.

Por ende, es importante preguntar y señalar los conflictos ambientales provocados por la producción petrolera en los territorios de la Amazonía ecuatoriana. ¿Cómo la industria petrolera ha transformado el territorio? ¿Cómo responden los Pueblos y Nacionalidades frente al avance de las nuevas concesiones petroleras? 

Las nacionalidades que han sido afectadas por el extractivismo petrolero, llevan luchando desde hace tres décadas ante la contaminación y el avance de la frontera petrolera. Un caso es la empresa Texaco que estuvo en el país 28 años, perforó 339 pozos, arrojó al ambiente cinco millones de galones diarios de desechos de producción, quemó 10 millones de pies cúbicos de gas diariamente, derramó 16,8 millones de barriles de crudo y causó la deforestación de más de un millón de hectáreas de bosque húmedo tropical.2

Con sus operaciones Texaco afectó a las naciones Siona, Siekopai, Waorani y A´i Kofan, las cuales han estado viviendo con petróleo en sus territorios durante varias generaciones. Ante las graves afectaciones a la salud, las comunidades exigieron una reparación ambiental y social de las zonas afectadas, han pasado años de la demanda y las nacionalidades siguen esperando que algún día se cumpla la reparación total a su territorio.

En estos años, las nacionalidades que están siendo afectadas con la nueva ronda de expansión petrolera han presentado varias demandas en la Corte Constitucional, exigiendo que se cumpla la consulta previa y libre e informada para que sean ella/os quienes decidan sobre sus territorios. Hasta ahora los pueblos originarios potencialmente afectados no han sido consultados y aseguran que tampoco dieron su consentimiento, tal y como exige la legislación nacional e internacional. Ese es su principal argumento para pedir que este sea declarado inconstitucional y nulo.

El extractivismo ha implicado en estos cincuenta años una alteración de graves proporciones. Por ejemplo, el suelo es contaminado por la incorrecta disposición de líquidos y desechos industriales, lodos de perforación, residuos sólidos y fluidos de perforación. Así mismo, existen violentas modificaciones al ecosistema por la construcción de helipuertos y plataformas. El agua es otro elemento afectado, lo que se refleja en el cambio de calidad de agua debido a la incorrecta disposición de desechos sólidos y líquidos que al ser removidos generan contaminación de otras fuentes cercanas. En el aire, podemos destacar la contaminación por el ruido causado por las turbinas de las plataformas o taladros de perforación, además de la emisión de gas quemado, cuyos subproductos de la combustión son eliminados liberándose directamente a la atmósfera a través de los mecheros, lo cual produce una serie de contaminaciones a poblaciones cercanas que son afectadas por este material causando graves enfermedades en los mismos.

Los elementos vivos también sufren impactos. En la flora, por ejemplo, se presenta fuertemente el deterioro y remoción de la capa vegetal debido a la construcción de helipuertos, plataformas, excavaciones, etc. En relación con la fauna podemos ver cómo la actividad petrolera ocasiona el desplazamiento de especies tanto terrestres como aéreas, pues la construcción de plataformas, apertura de trochas y caminos, así como los ruidos que estos ocasionan, hacen que estas se desplacen de su hábitat.
Allpamamataka sinchitapachami kay yana kurika wañuchikun, tukuy yurakunapash chinkarinakun, ashtakatachapa allpata utukunakun. Yana kurita llukchimanta, ashatakatami wiwakunapash asha asha suchurishpa, paykunapa kawsana ukumantapash anchurinakun.
Desde la llegada de las transnacionales petroleras a territorios amazónicos, una de las poblaciones mayormente golpeadas por esta actividad fueron los Pueblos y Nacionalidades originarias. Las formas de injerencia y comportamiento de las compañías petroleras son diversas, dependiendo de las condiciones del país y del lugar, las empresas se han valido de la presión directa con las fuerzas armadas, del uso de la fuerza, unas veces armadas y otras equipadas con misioneros. Una constante en su proceso de inserción para lograr el consentimiento de las comunidades, es presentarse como empresas que resolverán las necesidades de las poblaciones locales. Con la explotación del ITT están corriendo peligro los pueblos en aislamiento voluntario o llamados no contactados como son los Tagaeri y Taromenane.

Las nuevas concesiones a los territorios impulsados desde el Estado, ha provocado que las empresas petroleras sigan avanzando hacia nuevos sitios y de paso a nuevas fronteras extractivas. La expansión de dichas concesiones ha desencadenado un gran conflicto territorial en los Pueblos y Nacionalidades de la Amazonía los cuales siguen siendo desplazados de sus hogares al ver copado su territorio con tuberías, camiones, carreteras, vertimientos industriales, etc. Nuestras comunidades han venido y vienen manifestando NO QUEREMOS PETROLERAS EN TERRITORIO, que desde el 26 de junio 1972 siguen destruyendo y contaminando la naturaleza.
PETROLERA UKUKUNATA MANA ÑUKANCHIK ALLPAPI MUNANCHIKCHU.
La espiritualidad y nuestras prácticas culturales siempre han estado en conexión con los elementos que componen nuestro ecosistema (ríos, territorio, fauna, etc.), vivimos rodeados y en cosmogonía con ellos, por lo que son parte importante de nuestra ritualidad en las diversas nacionalidades originarias. 
Ñukanchikka allpamamata kuyashpami paywan rimarishpa kunankaman kawsamushkanchik, mayu kakpi, allpa kakpi, yurakuna kakpi. Paykunawan paktami aylluyarishpa kawsashpa runakunaka shamushkanchik, tukuy ñukanchik kawsaypimi paykunapa shutipi raymikunatapash shinamushkanchik. 
Ese cambio drástico en la vida cotidiana y del ecosistema debido a la explotación petrolera, siempre ha provocado un rechazo rotundo al extractivismo. Nuestra visión se contrapone con las diversas visiones del mundo de aquellos que promueven el crecimiento económico, el progreso y la mercantilización de la vida; nuestra vitalidad está arraigada a la tierra, al territorio, a nuestros ríos, que son elementos vivos con los cuales convivimos en armonía. Por ende, hemos venido desnudando la cara de la industria extractiva petrolera que los medios no evidencian.

Los efectos locales de las actividades petroleras sobre la población durante los últimos cincuenta años son desastrosos. La explotación petrolera en el norte de la Amazonía ecuatoriana es responsable de la deforestación de dos millones de hectáreas. Más de 650 mil barriles de crudo han sido derramados en bosques, ríos y esteros. Sustancias tóxicas, producto de la explotación petrolera, como los metales pesados provenientes de las aguas de formación, han contaminado las fuentes de agua de la región. Varias nacionalidades originarias, como A ́i Kofan, Sionas y Siekopai, continúan siendo las afectadas. Hoy su población está en peligro de desaparecer. 

La dependencia que seguimos teniendo del petróleo ha limitado la capacidad de los gobiernos en mirar nuevos horizontes de realización que cambien algunas realidades marcadas por la desigualdad y la marginación económica.
La capacidad seguirá en contra de los Pueblos y Nacionalidades, donde el desplazamiento de las comunidades, la represión militar, la contaminación al agua y suelo, y su consecuente afectación a la salud seguirán amenazando y conviviendo en nuestros territorios. Proponemos una salida al dilema petrolero que nos lleve a una autonomía energética y reducción de la dependencia del oro negro y así desarrollar fuentes de energía alternativa que estén en armonía con la vitalidad de nuestro medio ambiente.
Stills de videos de 1990 a 2000. Archivo de Tito Merino, imágenes cortesía de Tawna Cine desde Territorio
Kunankaman mamallaktata apakkunaka chay yana kurypillami yuyayta churashka katinakun, chaymanta imatapash mana ashtawan shamuk pachakunaman ima ruranata yuyarinakunchu, uma watarishkashna kanakun kunanpi runakunapa llakikunata mana alliyachishpa. Chay apakkunaka allpamamatalla utukushpami katinakun, paypurakunalla kullkitaka hapinkapak, chay ukupika, ñukanchik runakunaka ashtawan ashtawanmi llakipi kanchik, ñukanchik llaktamantapash anchurinchik, allpapash wañukukpi, runakunapash unkuywanmi wañunakukpi, chashnallami kawsamunakunchik. 
1  Asociación de la Industria. Hidrocarburífera del Ecuador - AIHE, Petróleo en cifras (2021), p. 15.
2  Pablo Lagos, “Petróleo, desarrollo y etnicidad” en Flacso Ecuador, Vol. 4 Núm. 2 (2017): Revista Latinoamericana de Políticas y Acción Pública, p. 6.

Biografía

Cineasta de nacionalidad Kichwa Kayambi, reside en la comunidad de La Buena Esperanza de Cangahua, en la que nació. Graduado por el INCINE y la Universidad de las Artes, desde hace varios años investiga las tradiciones y prácticas kichwas de las comunidades de Cangahua. Co-fundador del proyecto de cine Tawna Cine desde Territorio, y realizador de varios cortometrajes documentales y de ficción: Piatúa Resiste, El Visitante, Muskuy, Voces. Ha trabajado como facilitador en proyectos de cine y comunicación audiovisual en diversas comunidades y organizaciones de Ecuador, Colombia, Perú y México. Ha formado parte de varios proyectos artísticos y participado en exposiciones colectivas, a la par de experimentar con el vídeo-arte. Actualmente se encuentra en etapa de postproducción su primer largometraje Tsitsanu.

OTRAS OBRAS

Útero
-
María Auxiliadora Balladares
Fotos de archivo
-
Boloh Miranda Izquierdo
50 años de petróleo y el campo del arte ecuatoriano
-
María del Carmen Oleas Rueda